El 7 de noviembre se cumplen 100 años de la Revolución de Octubre, también conocida como Revolución bolchevique y como Gran Revolución Socialista de Octubre.
La crisis económica, que se había agravado desde el verano, el desagrado del pueblo de continuar con la Primera Guerra Mundial y la desilusión con la falta de reformas gubernamentales hizo que el Gobierno provisional liderado por Kerenski se fuera debilitando. Esto favoreció a los bolcheviques, que estaban ganando cada vez más seguidores, y desencadenaron una intensa campaña de propaganda, centrando sus esfuerzos en lograr que el Segundo Congreso de los Sóviets les entregase el poder gubernamental.
Tras el fracasado golpe de estado del conservador Kornilov, los bolcheviques intentaron derrocar el gobierno provisional por segunda vez (después de haber fracasado unos meses antes), y la noche del 24 de octubre (fecha correspondiente al calendario juliano vigente en la Rusia zarista, mientras en el resto del mundo, donde ya regía el calendario gregoriano, era el 6 de noviembre), se fueron apoderando de puntos estratégicos de la capital. Al día siguiente, se celebró el Segundo Congreso de los Sóviets y al comenzar, se oyeron los disparos del asalto al Palacio de Invierno. Los socialistas moderados abandonaron el congreso en protesta por las acciones bolcheviques, hecho que facilitó la formación de un Gobierno (el Sovnarkom) exclusivamente de este partido, y la capital quedó bajo el control del Soviet.
El poder del nuevo Gobierno se extendió por el país en diversas fases, pero el Gobierno de Lenin no contó con el respaldo de las masas que lo habían apoyado al comienzo, y se produjeron enfrentamientos en algunas zonas. Esto conllevó que ambos bandos se enfrentaran en una guerra civil que no finalizó hasta junio de 1923.